Sueños rotos
¿Quién recoge esos sueños que caen al vacío?
¿Quién traduce el idioma de una lágrima al viento?
Caminé descalza sobre promesas rotas,
Y aunque el tambor ya no suene,
Mi pecho sigue marcando el intento.
A veces volar no es saber elevarse,
Sino saber caer sin romperse.
Danza el cielo,
claman los mares,
libertad se casó con dinero
e ignorancia le saca ventaja al saber.
La verdad se disfraza en vitrinas,
La justicia bosteza en su ley,
El tambor del pueblo se afirma
Pero el eco se esconde otra vez...
Resuena el sonido del tambor,
Bajo la injusticia se esconde la libertad,
Con amor se siente y los ojos eclipsan su esplendor.
Pero la libertad no es una promesa hecha en voz alta,
Sino una semilla que brota en dolor y verdad,
Una que no nace del oro ni vive en la falta,
Sino en quien lucha sin miedo en la oscuridad...
El dolor en medio de la oscuridad se vuelve sempiterno,
la libertad efímera,
el amor tan poco entendido
y los ojos tan inútiles ante la impotencia de no poder hacer nada más que observar.
El mar, fiel testigo de lo que callamos,
Revienta en olas lo que no puede nombrar,
Y aun así seguimos de pie en la orilla
Esperando respuestas que no nos quieren dar...
La libertad te espera, niña puedes volar,
nadie dijo que faltarían alas,
salté y pagué el precio con una lágrima y mucho sudor.
El tambor resuena en una melodía sin compás, adiós libertad, hola realidad!
Desde la orilla, mi lágrima y el agua del mar bailando al ritmo,
y una sonrisa para los transeúntes que me miran al pasar.
¿Quién recoge esos sueños que caen al vacío?
¿Quién traduce el idioma de una lágrima al viento?
Caminé descalza sobre promesas rotas,
Y aunque el tambor ya no suene,
Mi pecho sigue marcando el intento.
A veces volar no es saber elevarse,
Sino saber caer sin romperse.
Por: SOMOS OMAL C.L
Comentarios
Publicar un comentario