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La "normalización" de conductas de violencia de género en los hogares y en las calles siempre será un debate. Presentar esa situación en los escenarios a través del arte es un acercamiento hacia un diálogo próspero. Podemos hacerlo mejor, cada uno dentro de sus posibilidades. Nosotros nos comprometemos a no ponerle mano encima a ninguna mujer (ya sea esposa, madre, hermana o abuela), porque la civilización -entendida como herencia cultural de cualquier sociedad, y no una imposición positiva del Occidente- llegó para no volver.

Imagen: AFROFÉMINA El colorido dorado color del dolor vi entre tu vientre. Se sentía peor el calambre al calar el hambre entre tus dientes. La soledad se hizo amiga tuya junto al Sol desde tu más temprana edad; no podías ver edad entre tantas mentiras pareciendo verdad. Te consolaba leer tus libros favoritos de favores y ritos pensando en las guitarrescas caderas de las malas divas de las Maldivas. Quedaste retractada y mentirosa al intentar evadir el ataque de un oso. ¿Qué tan de cierto está desierto el desierto?   Te hiciste amiga del Slam porque es la misma poesía en movimiento. La combinabas con cada trazo de tu lienzo; superaste un récord y recorriste el camino en el mejor momento, mientras vertías amor con pasión y compasión por cada intento.   Él fue muy rápido, sin nada que ofrecerle al mundo, a gran velocidad hasta que entendiste que no es suficiente ser tan veloz sin dar; pero él siempre quiso ser un artesano y mostrarle al mundo un arte sano,

Imagen: FotoCultura Si su cara hoy no brilla como ayer, Es porque tú se la nublaste. Hoy no habla bien como ayer Porque tú la callaste.   Vio en ti su resplandor, Tú en ella los senos; Contigo hacía el amor, Tú con ella el sexo.   Te quiere hoy como ayer, Cuando tú la ligaste; Pero ya como poco hombre te ve, Porque tú la violaste.   Así ya nunca te dará amor, Porque tú la decepcionaste. Ya un mal repertorio de ella levantaste, Y de tu poco carácter como hombre te olvidaste. Cayetano NCHUCHUMA