A mis esposas

Y supe lo que es el odiar,

y no hallé paz dentro de mí,

y conocí lo que es el amar,

y no hallé total consuelo.

 

A veces hecho de espinas,

a veces hecho de rositas,

y el sol en corazón con ira,

la luna en almas con sueño.

 

Y los piropos para algunos,

¿de qué color es la alegría?

Señoras con cariño propio,

las ecuatoguineanas.


Que el amor han dejado a un lado,

que odiar tampoco pueden,

y cariño dan poco menos,

se olvidan de darlo pues.


!Ay para los que de verdad aman!

porque dan sin nada a cambio,

!ay de las que reciben sin más!

del amor han hecho vacío.


Rafael Enzema (Viento)

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